miércoles, 11 de julio de 2007

EL JUGUETE ARTESANAL


DEL OLVIDO A LA MEMORIA
Poco se conoce de la artesanía dedicada al juguete. En el Perú, es una actividad que aún se practica por un pequeño grupo de artesanos pero que corre el peligro de extinguirse debido a la escasa demanda. Demos una mirada al trabajo que realizan los artesanos de Molinos: rústicos juguetes que llevan consigo la calidez del aliso y la nostalgia de la infancia.

Molinos, un rincón mítico en el corazón de Jauja, ubicado a 284 kilómetros de Lima, es lugar de inspiración de un grupo de artesanos que recuperaron del olvido la forma tradicional del juguete. La madera, impregnada de la labor del artesano nos recuerda aquellos años en los que caíamos rendidos ante el más simple y rudimentario camioncito. Quien no ha sido testigo de aquel niño que elige jugar con la caja de fósforos en vez del carísimo juguete que le trajo un tío de regalo. Y es que en la mente del niño está la magia y en la sencillez del juguete la clave para conquistarla.

Aviones, trenes, camiones y caballos, son algunos de los típicos y más simples juguetes de Molinos. Pero los hay más tradicionales y casi agotados como los maromeros o aquellos “scouter” con cabeza de caballo y patas de rueda, que el niño de antaño simulaba montar. También hay juguetes inéditos como los chanchitos voladores, los perros y mariposas rodantes y los pájaros que vuelan gracias al arte de las marionetas.

En Molinos podemos ver la labor artesanal como una actividad que ha sido heredada de generación en generación y en la que el trabajo en equipo es pieza fundamental para su ejecución: los ancianos descortezan los troncos, los adultos los tallan y las mujeres y niños los pintan. La materia prima que utilizan es el aliso, árbol que crece en el monte serrano, a la vera del río, y que posee una madera blanca y dócil para el tallado. En una primera fase, la madera húmeda se adelgaza a golpes de azuela hasta adquirir una forma aproximada a la figura que quiere lograrse. Luego se deja secar, para evitar rajaduras, y se procede al tallado fino. Finalmente las piezas se lijan y se pintan con tintes naturales.

Lamentablemente esta noble tarea del artesano juguetero se ha visto reducida debido a la escasa demanda. Hoy los artesanos todavía tallan el aliso pero con fines utilitarios (cucharas, vasijas) y decorativos (pies de macetas, soportes de puertas), y sólo vuelven a sus juguetes cuando llega algún viajero que en ellos encuentra un souvenir pintoresco o una pieza de colección; o cuando son convocados para exposiciones de sus trabajos. Hace algunos años se realizó en el Museo de la Nación una exhibición internacional de juguetes artesanales en la que participaron con mucho éxito nuestros artesanos de Molinos.

Los juguetes de Molinos, piezas únicas e invaluables. Una muestra más del ingenio y la creatividad de artesanos que se sirven de la naturaleza para retratar su sierra natal y pintarla con fantasía. Rescatemos al juguete artesanal del olvido, vale más que una simple mirada.

6 comentarios:

Lucas Tarazona Minaya dijo...

Hoy recorde parte de mi infancia, con tu post. Y escribi otro en el mio. Felicitaciones por tu blog sigue adelante

Anónimo dijo...

Y donde puedo comprar estos juguetes en Lima?

Giselle Klatic dijo...

Apenas llegue a Lima te paso el dato del artesano...

Anónimo dijo...

Si! donde o como conseguir estos juguetes en Lima?, especialmente este mes, diciembre, es un regalo perfecto para nuestros ninos..... gracias giselle!!

Giselle Klatic dijo...

El artesano se llama Flaviano González, su número es: 450-7037. Ojalá siga siendo su número. Sino, pueden averiguar en el Museo de la Nación (INC), hace un tiempo él estuvo exponiendo su trabajo ahí.
Un saludo

Giselle

Almatina dijo...

Gran verdad
Saludos artesanos!