jueves, 26 de julio de 2007

Ciudad revelada


RESEÑA FOTOGRÁFICA
Lima Bizarra
Fotos de Miguel Bellido
Aguilar 2006

“Hay que saber poseer el instinto para encontrarse en el momento y lugar adecuado, para atrapar el punto culminante de una escena. Fijar el instante, pero no cualquier instante, sino el momento decisivo, aquel que forma parte de una situación vivida”.
Cartier-Bresson

Un ojo atento al acecho de imágenes, en una Lima distraída, que no posa. Una ciudad revelada en la que hasta las estatuas vuelan —como la de Santa Rosa que nos hace el milagro de elevarse desde un chuequísimo ángulo contrapicado—. Saber cuándo apretar el disparador para congelar el aire de desamparo de un guitarrista en la puerta del Cordano, o traducir lo que nos dice la boca de un maniquí a manera de secreto —o un chisme para ser más precisos—.
La fotografía retrata una realidad o la transforma. Es un espacio lúdico en el que podemos recrearnos y quizá, atrevernos a inventar una historia. Las imágenes de Lima Bizarra no son pretensiosas. La historia de Lima ya es bastante decadente y kitsch. Sólo con observar al súper man criollo, al melenudo con pantalón ranger y casaca de cuero, o al cristo cholo —imagen impactante que merecía mayor tamaño—, los curiosos nos podemos dar por bien servidos.
La mirada de esta antiguía capitalina es bastante coloquial, con imágenes mejores logradas que otras. Algunas, olvidadas por su escaso tamaño, cumplen un papel meramente decorativo. Otras han sido cruelmente mutiladas en su escena principal. Es que estamos en la Lima del vale todo, en donde la vida y la muerte conversan. Pero el autor tiene la astucia de sorprendernos con ciertas fotos memorables, como la del cholo power desnudo en una manifestación, la de los Black Family del Jirón Andahuaylas, o aquella de la pierna fantasma que deja un halo negro a su paso, una marcha fúnebre por la muerte del Crillón.
En cuanto al manejo del efectismo —los colores saturados y el vértigo de la velocidad— es un recurso que aporta al ritmo de la imagen y nos hace formar parte de una sesión de brujería, que promete unirnos con el ser amado.
Prohibido olvidar al maniquí de Gamarra que escolta a un grupo de mujeres para su venta y a la coqueta librera de Amazonas, con un dedo en la boca, que nos invita a probar de su variado menú de libros.
Con Lima Bizarra ya podemos animarnos a dar un viajecito al centro de nuestra tierra. Sólo hay que chapar una de las maletas de Alejandro Dumas o José María Arguedas, y con cámara en mano, atrevernos a arrancarle al pasado una fracción de realidad, haciéndole una mueca burlona al tiempo.

3 comentarios:

Aldo dijo...

vi el libro antes de despaguar sin rotorno conocido... lo vimos, lo revise, me gusto, y estuve a punto de comprarlo, pero por esas cosas que hace el destino no me lo lleve...

me gusta la descripcion que haces... y es mas como lo haces

Bz dijo...

interesante perspectiva. interesante lugar éste.

saludos,

Chicho dijo...

Buen libro, mejores fotos.